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La respuesta comunitaria a las consecuencias de un fuerte terremoto en Ecuador

First published on 09/25/2016, and last updated on 03/25/2018

Por: Jairo Díaz Obando, FIDES, miembro del Consorcio TICCA

El 16 de abril de 2016 a las 18:58 locales (–05UTC), sucedió un terremoto de 7,8 grados de magnitud en la escala de Richter, que afectó las provincias de Manabí y Esmeraldas y tuvo como epicentro el noroeste del país, frente a las playas de Pedernales hasta Mompiche. Las cifras iniciales son: 655 fallecidos; 16 000 heridos; 29 000 familias albergadas; 250 000 niños y niñas afectadas psicológicamente; 120 000 niños y niñas sin escuelas, 281 escuelas afectadas y más de 1125 edificios destruidos. (Fuentes COE / NNUU)

A partir de ese momento Manabí fue cobijada por la solidaridad y el amor de millones de compatriotas que buscaron canalizar su ayuda a las provincias afectadas. Es importante destacar el caso de la comuna de Las Gilces, conocida por haber autodeclarado un área comunitaria en su territorio de manglares constituyéndose en un fuerte ejemplo de TICCA en el país.

La Comunidad tuvo que hacer frente rápidamente a la recuperación mostrando una gran resiliencia frente a este tipo de desastres: inició con la remoción de escombros, y organizó —conjuntamente con las otras comunidades que pertenecen al Comité Intercomunitario de Defensa del Ecosistema Manglar, con FIDES y con el apoyo del PNUD— la ayuda humanitaria para más de dos mil familias afectadas de los estuarios de los ríos Portoviejo y Chone.

En la Comunidad de San Roque, las organizaciones del estuario del río Portoviejo, organizan la distribución de la ayuda humanitaria, se atendieron más de 2000 familias. © J Díaz Obando

Ahora las comunidades avanzan en la reconstrucción de sus medios de vida, recomponiendo sus actividades económicas como el turismo comunitario, las actividades agrícolas y pesqueras y restaurando el tejido social, organizativo y comunitario.

En el marco de la generación de las condiciones socio-económicas y ambientales para la resiliencia es fundamental trabajar sobre la conservación y restauración de los ecosistemas a fin de mejorar los servicios ambientales que apoyan  la restitución de los medios de vida.