Categories Artículo, Convenio sobre la Diversidad Biológica, Mundial, Mundo

El Marco Mundial de la Diversidad Biológica Kunming-Montreal da pasos importantes en pro de la justicia social y medioambiental

Después de años de negociaciones y muchos retrasos provocados por el COVID, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales incidieron con éxito en formas clave de reconocimiento, marcando un nuevo estándar mínimo en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU. El equipo de política internacional del Consorcio TICCA hace un primer análisis de los principales resultados de la COP15

Kampung Sega territory of life in Indonesia. Photo: Cindy Julianty

First published on 02/09/2023, and last updated on 09/21/2023

Escrito por Ameyali Ramos (coordinadora de políticas internacionales), Carolina Rodríguez (política internacional, punto focal regional para Latinoamérica), Aquilas Koko Ngomo (política internacional, punto focal regional para África)


Aspectos Destacados

  • El nuevo marco prevé vivir en armonía con la naturaleza para el año 2050, con objetivos para el 2030, y pretende detener la pérdida de biodiversidad
  • El marco reconoce los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, incluidos los derechos colectivos y los derechos a sus tierras y territorios, así como sus papeles y contribuciones a la conservación de la naturaleza
  • El marco reconoce la integridad y la naturaleza distintiva de los territorios indígenas y tradicionales para la conservación basada en áreas, más allá de las categorías principales de áreas protegidas y otras medidas efectivas de conservación basadas en áreas (OMEC)
  • El marco aborda la necesidad de acceso a la justicia y protección para los defensores medioambientales

El 19 de diciembre de 2022, las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU adoptaron el nuevo Marco Mundial de la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal. Si bien el proceso dejó mucho que desear y el resultado dista mucho de ser perfecto, el marco incluye múltiples referencias a los derechos humanos (incluido el derecho a un ambiente limpio, seguro y saludable), el enfoque basado en los derechos humanos, los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, y la participación plena, efectiva y equitativa en la toma de decisiones, así como el reconocimiento de los sistemas consuetudinarios en el uso sostenible.

En particular, la Meta 3 (la meta “emblemática” del marco, comúnmente conocida como 30×30), que exige que al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales, costeras y marinas se conserven y gestionen eficazmente, incluye una referencia directa al reconocimiento y el respeto de los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. El reconocimiento explícito de los territorios indígenas y tradicionales por derecho propio, como una tercera vía más allá de las áreas protegidas y las OMEC, es un paso fundamental para proporcionar opciones a los Pueblos Indígenas y a las comunidades locales para que elijan la mejor forma de reconocimiento en su contexto particular. Esto es especialmente importante en vista de las injusticias históricas, continuas y potenciales en el futuro en nombre de la conservación, incluso a través de áreas protegidas y OMEC.

La gobernanza equitativa es esencial en la conservación, donde la toma de decisiones involucra a las diferentes estructuras organizativas territoriales, a las comunidades locales e indígenas y a sus autoridades, así como a las diferentes corresponsabilidades en sus territorios donde se aplica la conservación basada en áreas. Para ello, se espera que el nuevo marco traiga consigo cambios significativos en la forma de hacer conservación en la práctica.

Una parte importante de la diversidad biológica que queda en el mundo la conservan los Pueblos Indígenas y las comunidades locales a través de sus leyes y culturas consuetudinarias. A pesar de esto, por desgracia, las violaciones de los derechos humanos en nombre de la conservación continúan en la práctica. Por esta razón, es importante seguir incidiendo en la necesidad de fortalecer la protección jurídica y exigir que los titulares de deberes asuman sus responsabilidades. Gracias a los esfuerzos de diversos titulares de derechos y partes interesadas en el proceso de negociación, el marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020 consagra el mayor reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales hasta la fecha en el CDB de la ONU. Al hacerlo, proporciona otro importante punto de apoyo jurídico y político para presionar en favor de la reducción y eliminación de los abusos de los derechos en nombre de la conservación.

Varias otras metas del marco hacen referencia a cuestiones de justicia y equidad, entre las que figuran:

  • la planificación territorial participativa e integradora (Meta 1);
  • el reconocimiento de la gestión eficaz de las interacciones entre los seres humanos y la fauna silvestre para minimizar los conflictos de coexistencia entre los seres humanos y la fauna silvestre, y la diversidad genética y su potencial de adaptación en la conservación in situ;
  • el respeto y la protección del uso sostenible consuetudinario en la utilización, la recolección y el comercio de la fauna silvestre (Meta 5);
  • la protección y la promoción del uso consuetudinario de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales como parte importante de los beneficios sociales, económicos y medioambientales para las personas (Meta 9);
  • la inclusión de la agroecología como estrategia de producción sostenible (Meta 10);
  • garantizar una distribución justa y equitativa de los beneficios a través de la adopción de medidas jurídicas, administrativas o de políticas eficaces en el uso de los recursos genéticos (Meta 13);
  • potenciar el papel de las acciones colectivas, incluidas las de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, y de las acciones centradas en la Madre Tierra y los enfoques no basados en el mercado para la movilización de recursos (Meta 19);
  • el consentimiento libre, previo e informado en el intercambio de conocimientos (Meta 21);
  • garantizar la participación plena, efectiva y equitativa de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones, así como el acceso a la justicia y la protección de los defensores medioambientales (Meta 22); y
  • La equidad de género (Meta 23).

En comparación con el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica y las Metas de Aichi adoptadas en la COP10 de 2010, este marco representa un avance significativo para la justicia social y medioambiental en general, y para los derechos específicos de los Pueblos Indígenas y de las comunidades locales en el contexto del CDB de la ONU.

El marco no fue la única decisión adoptada en la COP15. Muchos otros, incluidos los relacionados con los Protocolos de Cartagena y Nagoya, la naturaleza y la cultura, el desarrollo de un nuevo programa de trabajo sobre el Artículo 8(j) y disposiciones relacionadas, y el Plan de Acción de Género, también incluyeron lenguaje relativo a la equidad, la justicia, los derechos y los papeles y contribuciones de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales.

Varios Miembros y Miembros Honorarios del Consorcio TICCA estuvieron en Montreal durante las negociaciones para incidir colectivamente en las prioridades autodeterminadas de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales, incluyendo a las mujeres y los jóvenes. Una parte importante de este proceso consistió en compartir experiencias y perspectivas de los territorios de vida de todo el mundo.

Joseph Itongwa (ANAPAC-RDC y coordinador regional del Consorcio TICCA para África Central) declaró lo siguiente: “Los conocimientos tradicionales y la equidad son elementos importantes que deben tenerse en cuenta en el marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020. Necesitamos proteger los sistemas tradicionales de gestión de la diversidad biológica de los Pueblos Indígenas para ayudar a los gobiernos a alcanzar los objetivos de conservación para vivir en armonía con la naturaleza en 2050”.

Haciendo hincapié en el extraordinario papel de los Pueblos Indígenas en la conservación de la diversidad biológica y la lucha contra la degradación del clima, Giovanni Reyes, del Consorcio TICCA en Filipinas, recordó que “la falta de recursos financieros adecuados es una de las razones por las que no se alcanzaron los anteriores objetivos mundiales en materia de diversidad biológica”. Asimismo, recalcó que “durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP26, la promesa climática destacó la contribución crucial de los Pueblos Indígenas a la protección de los bosques, incluidos los derechos de tenencia y la tutela forestal en los bosques tropicales y subtropicales, como clave en la lucha contra el cambio climático”

Los guardianes de los territorios de vida marinos también estuvieron presentes en Montreal. Pérsida Chauquenao, líder Mapuche, compartió la historia de cómo las leyes y normas consuetudinarias indígenas son ahora reconocidas oficialmente por el gobierno chileno. Nuestros Miembros en Chile, incluido el pueblo Mapuche, están trabajando activamente para involucrarse en este marco jurídico, comprender cómo se está implementando en la práctica y proponer cambios recomendados para un reconocimiento y apoyo más adecuados.

Es hora de avanzar rápidamente hacia una interpretación e implementación creativas a nivel nacional, para crear asociaciones significativas y respetuosas, y para garantizar que los recursos y el apoyo adecuados sean directamente accesibles para que los Pueblos Indígenas y las comunidades locales persigan sus prioridades autodeterminadas para sus territorios de vida.


NOTA: En 2023 se producirán algunos cambios en el equipo de la Secretaría que proporciona apoyo en materia de política internacional, incluido el cambio a equipos de política e incidencia específicos para cada región. Como estos cambios aún se están concretando al momento de la publicación, hemos utilizado mientras tanto los cargos de Ameyali, Carolina y Aquilas al momento de la COP15 en diciembre de 2022.

PARA MÁS INFORMACIÓN