Si bien las áreas protegidas estatales formales dominan la conservación oficial, miles de TICCA africanos luchan por existir y conservar la diversidad biológica y cultural en los paisajes terrestres y marinos más amplios.  Sin dudas, los TICCA africanos están bajo amenaza.

Asuntos

En todo África, las amenazas a los TICCA incluyen tanto acciones físicas (por ejemplo, la imposición de usos extractivos, invasivos y contaminantes de la tierra, las aguas y los entornos costeros) como también acciones culturales (por ejemplo, la imposición de nuevos valores, ajenos a la complejidad y sofisticación de las culturas locales originales). Tanto en Guinea como en Zambia y Sudáfrica, la minería está causando el desplazamiento de las comunidades, la contaminación de las fuentes de agua y la erosión de la tierra.  En Senegal y Tanzania, las represas y las obras de desvíos de agua han alterado de forma violenta los complejos sistemas socioecológicos que han evolucionado a través de siglos de intercambios y desarrollo de conocimientos en ecosistemas fluviales. En Kenia y Nigeria, las líneas de transmisión de energía eléctrica, los oleoductos y la construcción de puertos invaden los bosques, contaminan los humedales y desplazan la agricultura campesina. En Sierra Leona y Madagascar, los arrastreros devastan la pesca y los taladores ilegales destruyen los bosques. En todo el continente, a los pastores se les expulsa de sus rutas migratorias tradicionales debido al acaparamiento de tierras, que va desde monocultivos a gran escala hasta la extracción de uranio.

Mientras pasa esto, las creencias fundamentalistas entran a la fuerza en la cabeza de las personas a través de la violencia, el terrorismo y el dinero. Además, está ocurriendo un aplanamiento cultural descomunal a causa de la evangelización, la educación formal de mala calidad y la publicidad. Los resultados incluyen la falta de respeto hacia los saberes y las instituciones tradicionales indígenas e incluso la pérdida de estos elementos dentro de las comunidades, ya que los jóvenes ven las áreas urbanas y la migración como las únicas opciones para asegurar sus futuros. Otras amenazas incluyen el cambio climático (por ejemplo, la erosión costera severa) y la caza furtiva de fauna silvestre a escala industrial. Es poco común que los derechos consuetudinarios colectivos y las responsabilidades del cuidado de la tierra, las aguas y los recursos naturales se reconozcan al nivel necesario para detener estos fenómenos perjudiciales. Por el contrario, aún son comunes los abusos y las intervenciones en los derechos consuetudinarios y sus instituciones.

Estrategias y respuestas

A pesar del alcance de estas amenazas, las respuestas de las comunidades que gobiernan los TICCA son muchas. Si bien son variadas, todas convergen hacia concientizar y activar capacidades nuevas para conservar la naturaleza mientras se reafirman los derechos colectivos y las responsabilidades de las comunidades sobre los territorios y los recursos específicos. Con ese fin, es crucial demandar el reconocimiento legal y social de los TICCA que aún existen o que pueden recuperarse de forma efectiva; obtener seguridad económica para los medios de vida locales que los TICCA puedan apoyar, así como también exigir respeto por las instituciones consuetudinarias locales que aún pueden gobernar de forma efectiva la interacción entre las comunidades y sus recursos naturales.

El Consorcio y sus miembros en África se esfuerzan por identificar y comunicar el valor de los TICCA y por fortalecer sus instituciones gobernantes y apoyarlas para documentar y aplicar los propios protocolos de las comunidades para la biodiversidad. También apoyan a las comunidades de los TICCA para aumentar su visibilidad y “masa crítica” para su defensa a nivel nacional. Es posible mencionar que ha habido progresos; sin embargo, la necesidad es enorme.

En un principio, el Consorcio enfocó su trabajo en Senegal, Madagascar, Kenia y la República Democrática del Congo.  Más recientemente, también ha promovido el reconocimiento y el apoyo a los TICCA en Guinea, Marruecos, Burkina Faso, Benín, Zambia, Tanzania, Namibia y Guinea-Bisáu. Los Miembros del Consorcio también están activos en Etiopía, donde se encuentran algunos de los ejemplos de TICCA más notables del continente.

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