First published on 09/17/2018, and last updated on 01/22/2019
Por Albert M. Chan Dzul, coordinador para Mesoamérica del Consorcio TICCA
Los pasados días 10, 11 y 12 de septiembre de 2018 se llevó a cabo, en la ciudad de Puebla, la XV Conferencia de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica, con el tema Movimientos socio-ambientales: ciencia, política y desafíos a los procesos globales en un mundo problemático. El objetivo primordial de la economía ecológica como espacio transdisciplinario que busca hacer un análisis de las interacciones de la economía con la ecología desde ángulos que por sí sola la economía clásica ya no alcanzaba, se reflejó ampliamente en los temas abordados durante la conferencia, tales como: transdisciplinariedad, economía ecológica como apoyo a alternativas al desarrollo, agroecología, soberanía alimentaria, metabolismo social, conflictos sociales y ambientales, justicia ambiental y climática, macroeconomía ecológica, economía del cuidado y economía feminista, derechos de pueblos indígenas, entre tantos otros. Todo bien, sin embargo, un peligro evidente es la institucionalización de muchos de estos temas y de conceptos por moda, despojándolos de su contenido político (Giraldo y Rosset, 2016; Pimbert, 2018) o peor aun justificando otras formas de despojo menos obvias (valoración económica de los servicios ecosistémicos, pago por servicios ambientales y otras manifestaciones de la llamada economía verde). Aunado a lo anterior está la ausencia, nuestra ausencia, de los pueblos indígenas y comunidades locales en los espacios académicos donde se discuten justamente estos temas que nos competen.
Y es justo en este sentido que vale la pena reconocer la labor del comité organizador de la XV Conferencia de la Sociedad Internacional de Economía Ecológica, dirigidos por el Dr. David Barkin. Fiel a la idea de acercar a las instituciones académicas a la realidad social para comprometerlas con ella, como reconoce Gustavo Esteva (Barkin, D. 2018), así como su compromiso con los movimientos sociales y con los movimientos indígenas en particular el Dr. Barkin organizó tres mesas redondas: (1) Autonomía indígena, (2) agroecología y (3) economía social y solidaria de los trabajadores. La primera mesa, autonomía indígena, a modo de mensaje a la comunidad científica, abrió los trabajos de la Conferencia. En esta mesa participaron de México María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, indígena Nahua, vocera del Consejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena y yo, Albert Maurilio Chan Dzul, indígena Maya, Coordinador para la región Mesoamérica del Consorcio TICCA; Tamara Goddard y David Fierro de la Nación Okanagan de Canadá,; Joseph Ole Simel de Kenya y finalmente de manera virtual la relatora especial de las Naciones Unidades sobre los derechos de los pueblos indígenas Victoria Tauli-Corpuz.
De mi parte tuve la oportunidad de hablar acerca de la iniciativa de vincularnos, a través de una red global de territorios y áreas conservados por nosotros mismos como pueblos indígenas y comunidades locales (TICCA), entendiendo “los TICCA como “territorios de vida”, en vista de que los conservamos los pueblos indígenas y las comunidades locales como patrimonio invaluable. Para muchos pueblos indígenas, estos coinciden con la totalidad de su territorio. Para otros, son los elementos vitales de tales territorios, por ejemplo cuencas hidrográficas, bosques sagrados, manantiales y los hábitats de los animales totémicos. Para todos los pueblos indígenas, sin embargo, son la identidad y la cultura, los medios de vida y la autodeterminación tal como declaramos en la pasada 17ª Sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU. Si bien la lucha es desde abajo, también exigimos a los gobiernos estatales y otros actores así como a los diferentes instrumentos de la ONU, al mismo Foro Permanente, el Convenio de Diversidad Biológica, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible que apoyen los TICCA-territorios de vida mediante el fortalecimiento de la seguridad de la gobernanza de sus pueblos indígenas custodios -incluidos títulos colectivos formales y/o por otro reconocimiento apropiado de sus derechos y responsabilidades colectivos inviolables.
Una oportunidad de dejar nuestra visión en un espacio poco común para nosotros, una oportunidad para encontrarse con miembros del mundo académico con preocupaciones similares (que no son pocos), “porque el cambio verdadero solo será desde la organización de los pueblos desde abajo” como dijera Marichuy y para eso nos necesitamos todos según nuestro “modo, tiempo y forma” como recalcó el CNI en el pronunciamiento de su última asamblea.
Imagen de portada: Dr. David Barkin (c) Blanca Lemus