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Llegó la hora de #RomperElSesgo existente contra las mujeres que protegen los territorios de vida

Reflexión en conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2022

Mujeres Sengwer deliberando sobre sus derechos a la tierra comunitaria tras los desalojos en 2017. Créditos: Poppy Korner, Forest Peoples Programme

First published on 03/09/2022, and last updated on 04/11/2022

Por Milka Chepkorir   
Coordinadora, Defender los Territorios de Vida, Consorcio TICCA

Mientras el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer, los Miembros y los Miembros Honorarios del Consorcio TICCA celebran y solidarizan con las mujeres excepcionales de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales dedicadas a defender los derechos a sus tierras, aguas y territorios de vida.

Según el informe anual de 2021 de Global Witness,  acerca de las personas defensoras de la tierra y del medio ambiente, aunque más hombres que mujeres son atacados por defender sus territorios, las mujeres que actúan y alzan la voz también se enfrentan a formas específicas de violencia de género, incluida la violencia sexual. Las mujeres a menudo enfrentan un doble desafío: la lucha pública para proteger sus tierras contra las amenazas externas y la lucha menos visible para defender sus derechos dentro de sus comunidades y de sus familias.

Luego de dos años de la pandemia de COVID-19, la violencia contra las mujeres ha aumentado y hoy en día se ha convertido en una crisis global agravada. Tras el aumento de los despojos de sus tierras y recursos a las comunidades, se ha visto que las mujeres y las infancias sufren aún más porque les niegan el acceso a estos recursos, incluyendo el agua potable necesaria para las “tareas propias de su género”.

Las mujeres defienden sus derechos porque su papel en la sociedad depende de los recursos naturales; como miembros de la comunidad, necesitan el reconocimiento de esos derechos para ejercerlos en igualdad de condiciones y poder y, lo que es más importante, son fundamentales para educar a una sociedad sana.

Las amenazas externas a los territorios y las comunidades tienden a afectar de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas. La dinámica interna y las normas de género pueden privar aún más a las mujeres del derecho a voto en los procesos de toma de decisiones, y cada vez hay más ataques contra las mujeres indígenas que defienden sus territorios, particularmente en contra de las industrias dañinas. Por ejemplo, Josefina Tunki, presidenta del Pueblo Shuar Arutam (Miembro del Consorcio TICCA en Ecuador), ha recibido amenazas y discriminación por defender los derechos de su comunidad y sus territorios.

El apoyo y la solidaridad deben extenderse a todas las mujeres que, a pesar de todo y con gran resistencia, siguen luchando por los derechos de las mujeres y sus comunidades y por el futuro de nuestro planeta y de la humanidad. Recordamos solemnemente y solidarizamos con las mujeres que perdieron su vida o a sus seres queridos a manos de atacantes brutales por defender a sus comunidades, sus territorios y el planeta. Es un coste demasiado alto que no puede ser ni ignorado, ni tolerado, ni olvidado. También recordamos y damos reconocimiento a todos aquellos que sufren traumas emocionales y psicosociales como consecuencia de un trato y un sesgo discriminatorios.

A pesar de que las mujeres se estén movilizando para exigir igualdad de trato como seres humanos, a menudo sus demandas no se tienen en cuenta ni se cumplen en la práctica. Por ejemplo, muchas mujeres en el hemisferio sur son más discriminadas tanto en sus comunidades, como en los sistemas externos creados por el patriarcado.

Muchas mujeres lideresas y activistas de todo el mundo han tenido que reunir coraje, proclamar y proteger sus derechos humanos, tierras y territorios de vida por necesidad. Sin embargo, hay indicios de esperanza y cambio. Algunas mujeres han quebrantado las normas culturales pasando de permanencer solamente en la casa a involucrarse en posiciones de liderazgo comunitario y procesos de toma de decisión y a dirigir las deliberaciones hacia el bien común de sus comunidades, territorios y recursos.

Ha habido plataformas y apoyo internacional desde hace años con alternativas para abordar las violaciones prolongadas contra los derechos de las mujeres. La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas se dedica al seguimiento de los objetivos nacionales para cumplir los derechos de las mujeres. En 2021, la Comisión asumió las conclusiones acordadas para la participación plena y efectiva de las mujeres y para la toma de decisiones en la vida pública, así como la eliminación de la violencia, para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Se han creado otras plataformas procedentes de iniciativas dirigidas por mujeres excepcionales y por la sociedad civil para dar seguimiento a la protección de la biodiversidad a través del proceso del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, enfocadas en activar la capacidad de reacción de género en el marco global de diversidad biológica posterior a 2020. Por ejemplo, en Women4Biodiversity (cuya directora, Mrinalini Rai, es Miembro Honorario del Consorcio TICCA) están dispuestas a dar seguimiento a la implicación de las mujeres en la conservación de la biodiversidad y al impacto que tendría en las mujeres su pérdida.

A pesar de los numerosos desafíos y las continuas violaciones de los derechos de las mujeres y de sus vidas a través de traumas, abusos sexuales y físicos, y discriminación, muchas mujeres se siguen movilizando de diversas maneras para defender sus territorios en beneficio de sus hijos e hijas y de las generaciones futuras. Las mujeres también participan en intercambios para animarse, ofrecer apoyo psicológico, construir resistencia contra las malas prácticas y defender la solidaridad y el cambio transformador.  

Traducción al español por Pilar Caamaño