Con el paso del tiempo, las personas defensoras de los derechos humanos ambientales y activistas por el clima, incluidos los de Pueblos Indígenas y comunidades locales, han compartido sus desafíos con organizaciones que ofrecen apoyo y protección contra las amenazas. Informes recientes analizan las brechas de comunicación entre las personas defensoras, los donantes y las organizaciones de apoyo, y presentan recomendaciones sobre la mejor forma de abordarlas
First published on 07/01/2022, and last updated on 09/21/2023
Por Milka Chepkorir (coordinadora del Consorcio TICCA para Defender los Territorios de Vida) y Eva Maria Okoth (Natural Justice, Miembro del Consorcio TICCA)
El aumento de la destrucción medioambiental y de las violaciones a los derechos de los Pueblos Indígenas y de las comunidades locales ha unido a diversas personas, organizaciones y redes para levantarse y defender el planeta y sus derechos. Estos individuos y grupos pueden considerarse a sí mismos como personas defensoras de la tierra, de los Pueblos Indígenas, de los derechos humanos ambientales (DDHA) o activistas por el clima. Durante su labor, las personas defensoras y activistas han sufrido riesgos ocasionados por diferentes entidades, que van desde gobiernos estatales hasta corporaciones y grupos paramilitares, que dañan el planeta y a todos quienes dependen de él.
Según Global Witness, el 2020 fue el año más letal hasta la fecha para las personas DDHA y activistas por el clima, con 227 asesinatos debido a su trabajo. Un análisis de Frontline Defenders mostró que el 59 por ciento de las personas defensoras asesinadas en 2021 trabajaban en el ámbito de los derechos de la tierra, ambientales y de los Pueblos Indígenas.
En África, un informe de 2021 sobre el Fondo Africano para los Defensores Medioambientales reveló que la mayoría de las personas defensoras ambientales apoyadas por el Fondo recibieron múltiples amenazas, incluyendo amenazas de muerte, de detención o de ataques. Además, el informe establece que el desalojo es la segunda amenaza más frecuente a la que se enfrentan los solicitantes. Otros riesgos comunes documentados en todo el mundo incluyen agresiones físicas, demandas estratégicas contra la participación pública (SLAPP, por sus siglas en inglés), hostigamiento judicial, violencia emocional y sexual e incluso la muerte.
Los informes recientemente publicados por la Alianza para los Defensores de la Tierra, los Pueblos Indígenas y el Medioambiente (ALLIED, por sus siglas en inglés, de la cual son parte el Consorcio TICCA y Natural Justice) y el Universal Rights Group, con el apoyo de Freedom House y el Fondo Lifeline para las Organizaciones de la Sociedad Civil Asediadas, se centran en los desafíos y las necesidades específicas a las que se enfrentan las personas DDHA y activistas por el clima. Los dos informes, “Entender y responder a las necesidades de protección de los activistas y movimientos por el clima ” y “Apoyar a los defensores de los derechos humanos ambientales”, presentan los desafíos que deben afrontar las personas defensoras y comparten recomendaciones prácticas para que los donantes y las organizaciones apoyen de mejor forma a las personas DDHA y a activistas por el clima.
Los informes señalan como observaciones clave lo siguiente:
- El trabajo de las personas DDHA y activistas por el clima se superpone en gran medida, y los temas en los que trabajan están interconectados. Por ejemplo, quienes se dedican a los derechos humanos y ambientales también defienden el clima; del mismo modo, la protección del ambiente está integrada en el trabajo de muchos activistas por el clima. Muchas personas DDHA y activistas por el clima también inciden por garantizar sus derechos humanos a la vida, la salud, la alimentación y el agua, entre otros.
- La interseccionalidad hace que algunas personas defensoras y activistas sean más vulnerables a los riesgos y resulta en otra dificultad para buscar apoyo. Estos riesgos aumentan sobre todo para las mujeres y los Pueblos Indígenas.
- Muchas personas DDHA y activistas por el clima sufren amenazas contra su vida, su integridad, su participación y muchos otros derechos básicos, en particular por oponerse a poderosos intereses políticos y económicos.
- Las personas DDHA y activistas por el clima realizan un trabajo colectivo más que individual. También trabajan como comunidades, movimientos y redes para exigir derechos colectivos que nos afectan a todos.
Entre las estrategias necesarias para apoyar eficazmente el trabajo de las personas DDHA y activistas por el clima se encuentran las siguientes:
- Aumentar la toma de conciencia sobre el papel de las personas activistas por el clima como defensoras de los derechos humanos y ambientales, y del papel de los defensores ambientales y de los derechos humanos en general.
- Hacer más hincapié en la prevención de ataques mediante estrategias para asegurar un espacio cívico abierto.
- Situar en el centro de las estrategias de apoyo eficaces el reconocimiento a las personas DDHA como agentes de su propia protección. La mayoría de los DDHA y de activistas por el clima son conscientes de los obstáculos y amenazas a los que se enfrentan, de las formas en que estos deben ser abordados y de los tipos de apoyo que necesitan para contrarrestarlos.
- Apoyar a las personas DDHA y a activistas por el clima para que desarrollen su resiliencia y su capacidad de identificar y abordar los riesgos que les afectan. Esto incluye la integración y el fortalecimiento de la protección colectiva, el aumento del acceso a la información, el refuerzo de la protección digital de los defensores, el abordaje de los “costos ocultos” de la defensa por un medioambiente y clima saludables, la facilitación de asistencia psicológica, el asesoramiento jurídico y la capacitación, y el ofrecimiento de financiación flexible para apoyar a los defensores del medioambiente y el clima.
- Adoptar un enfoque de interseccionalidad y de género para impulsar el apoyo y el reconocimiento de las defensoras.
- Adoptar enfoques flexibles para responder rápidamente a las situaciones de emergencia.
- Apoyar a las personas DDHA para que reclamen y garanticen sus derechos, incluyendo la justicia, la reparación y la no repetición, capacitándolos y empoderándolos tanto a ellos como a sus comunidades y aumentando el apoyo legal.
Los informes recomiendan una serie de acciones que deben ser consideradas por los donantes y las organizaciones para aumentar el apoyo a las personas defensoras y activistas, entre las que se encuentran:
- Aumentar la divulgación, compartir información y mejorar las comunicaciones para facilitar la identificación y el acceso a posibles fuentes de apoyo.
- Hacer que las ayudas sean accesibles para las personas DDHA más necesitadas, mediante la simplificación de los procedimientos de solicitud y la explicación de las ayudas que se ofrecen en términos sencillos, en lenguas locales y en formatos adecuados al contexto.
- Crear y fortalecer las redes entre las personas DDHA y sus comunidades y organizaciones.
- Aumentar la capacidad de los fondos de emergencia y otros fondos existentes para apoyar de mejor manera a los activistas medioambientales y por el clima.
“El siguiente paso es que los fondos y organizaciones de derechos humanos, protección del ambiente, seguridad y activismo por el clima trabajen juntos de forma coordinada para aumentar la protección de los defensores medioambientales y climáticos. Para ello, tal vez no sea necesario crear nuevos fondos y estructuras, sino aumentar la capacidad de los que ya existen e idear mecanismos eficaces para su coordinación y colaboración.”
– Fragmento de “Fortalecer el apoyo a los defensores medioambientales y por el clima: Nuevos informes presentan recomendaciones a los donantes y a las organizaciones de la sociedad civil ”, una nota informativa sobre los dos informes publicados por ALLIED y Universal Rights Group.
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Traducción: por Camila Miranda y Daniela Campos.
