First published on 06/08/2020, and last updated on 03/28/2023
El 1 de junio de 2020, el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis (GTANW) anunció que había emprendido acciones legales contra la empresa petrolera GeoPark Perú SAC, ya que sus actividades en el norte de la Amazonía peruana ponen a las comunidades indígenas en riesgo de contagio de COVID-19. El GTANW, que representa a 85 comunidades a lo largo de los ríos Kanus (Santiago) y Kankaim (Morona), es miembro del Consorcio TICCA.
El Consorcio TICCA publica esta alerta debido a la amenaza inminente de violaciones a los derechos humanos y ambientales por parte de GeoPark, incluyendo el contagio del virus COVID-19 en comunidades wampís. La Nación Wampis ha cuidado y defendido su territorio, de 1,3 millones de hectáreas de bosque tropical en la Amazonía, desde tiempos inmemoriales. No es coincidencia que la gran mayoría de la biodiversidad que queda en nuestro planeta esté en los territorios de pueblos indígenas como la Nación Wampis. Ellos expresan las visiones del mundo, los valores y las maneras de vivir que pueden y deben guiar al resto de la humanidad por un camino más respetuoso, pacífico y sostenible para las generaciones futuras. En este momento de crisis interconectadas de colapso climático y ecológico y de pandemia mundial, tenemos que ayudar a la Madre Tierra a sanar, no debemos explotarla más.
En 2014, el gobierno peruano otorgó a la empresa GeoPark, que tiene operaciones en varios países de América Latina, la concesión del lote petrolero 64. Este lote de 761.501 hectáreas se superpone con una parte significativa de los territorios achuar y wampís y les afecta directamente. El proyecto del lote 64 implica no solamente la explotación, sino también el transporte de crudo por oleoductos y barcos a través del territorio wampís en el río Morona. Por lo tanto, cualquier derrame de petróleo contaminaría los medios de vida de más de 20 comunidades wampís a lo largo del río.
El GTANW se ha opuesto al proyecto de manera consecuente desde el principio. GeoPark no tiene un estudio de impacto ambiental aprobado ni tampoco un permiso para explotar los recursos. A pesar de esto, la empresa ha establecido su base de operaciones dentro de un regimiento del ejército peruano en el río Morona, que también está ubicado en territorio wampís. Además, se sabe que las operaciones industriales militarizadas representan una amenaza mayor para mujeres y niñas, en particular por la violencia sexual. La presencia ilegal de GeoPark sólo puede ser interpretada como un intento de intimidar, sembrar miedo y divisiones sociales y socavar la resistencia autodeterminada de los wampís y achuar. Sin embargo, no tendrá éxito.
Izquierda: Mapa de Perú y la ubicación del territorio integral de la Nación Wampis. A la derecha: Mapa del territorio integral de la Nación Wampis.
LEA MÁS: El lote 64, un mundo de conflictos, por Perú Equidad.
Ante este contexto, las comunidades wampís a lo largo del río Morona se ven amenazadas aún más por el riesgo de contagio de COVID-19 debido a la presencia y las actividades ilegales de GeoPark. En clara violación de los decretos emitidos por el gobierno peruano, que prohíben toda actividad y movimiento económico no esencial, los trabajadores de la empresa permanecieron en el territorio wampís durante el estado de emergencia. Además, los barcos de la empresa que transportan personal y alimentos han estado yendo y viniendo de la base de operaciones de la empresa a San Lorenzo, un pequeño pueblo que ha reportado más de 100 casos de COVID-19. Los pueblos indígenas de las zonas remotas son especialmente vulnerables a infectarse con COVID-19, dado que tienen un acceso limitado o inexistente a la atención sanitaria de emergencia y a insumos tales como los respiradores. Además, preocupa especialmente que los ancianos y los poseedores de conocimientos tradicionales contraigan el virus y sucumban por el contagio de COVID-19, ya que éste afecta más gravemente a las personas de edad más avanzada.
Miembros de la Nación Wampis en camino a desalojar a mineros ilegales, en 2016 © Jacob Balzani-Lööv
Con la denuncia ante la fiscalía penal contra la presencia ilegal de la empresa en territorio wampís, el GTANW espera que el gobierno peruano haga cumplir las normas de cuarentena y salvaguarde los derechos a la salud de los pueblos indígenas al evitar que GeoPark propague el virus. El GTANW exige que GeoPark cese sus actividades y abandone el territorio wampís inmediatamente y para siempre. La amenaza al territorio de vida de la Nación Wampis no sólo está presente durante la pandemia, sino como resultado de todo el proyecto.
El Consorcio TICCA respalda plenamente las demandas del GTANW. Hacemos un llamado a que:
- El gobierno peruano cumpla con su deber de proteger y respetar los derechos de los pueblos indígenas, incluido el derecho a un medio ambiente seguro y saludable, y que atienda las demandas de la Nación Wampis de detener todas las actividades insostenibles y perjudiciales para el medio ambiente en su territorio, incluida la explotación petrolera de GeoPark.
- El gobierno de Chile, donde se encuentra la principal oficina ejecutiva de GeoPark, asuma sus obligaciones extraterritoriales en materia de derechos humanos adoptando medidas urgentes para garantizar que las operaciones de esta empresa no afecten negativamente los derechos de la Nación Wampis.
- Nuestros Miembros y Miembros Honorarios en 80 países de todo el mundo se pongan de pie y tomen iniciativas en solidaridad con las naciones Wampis y Achuar, que afirman su derecho a la autodeterminación y al autogobierno y defienden sus territorios de vida de las industrias destructivas.
- Todas las organizaciones ambientales y de derechos humanos y los ciudadanos interesados en apoyar la lucha de la Nación Wampis en defensa de su territorio de vida.
Tome acción en apoyo de los Wampis y los Achuar y obtenga más información en: https://nacionwampis.com/atsa-geoparkka.
#AtsaGeoparkka #StandWithWampis
El Rio Morona (Kankaim) es una fuente de vida para los wampís © Thomas Niederberger.
Imagen de portada: lideresa wampís Viviana Tsamaraen durante una cumbre en 2017 © GTANW / Kathia Carrillo.
