La comunidad Maasai de Ngorongoro vive con el temor de ser despojada de sus tierras y territorios ancestrales, y de perder sus medios de vida y la seguridad de sus defensores. Un grupo de defensores de los derechos humanos, entre los que se encuentran algunos Miembros del Consorcio TICCA, ha emitido una declaración para condenar cualquier posible desalojo y otras violaciones de los derechos humanos en la Zona de conservación de Ngorongoro
First published on 02/28/2022, and last updated on 03/14/2022
Los Maasai de Ngorongoro, en Tanzania, son los poderosos y orgullosos administradores de sus tierras ancestrales y territorios de vida. Sin embargo, también se han enfrentado al desalojo y al reasentamiento forzoso durante muchas décadas. En la actualidad, temen perder 1 500 kilómetros cuadrados de sus tierras de pastoreo y de vivienda en la Zona de conservación de Ngorongoro. De llevarse a cabo, el desalojo probablemente desplazaría a más de 70 000 Maasai y a más de 200 000 de sus animales de ganado. Esto supondría una violación múltiple de sus derechos individuales, colectivos y consuetudinarios, y del compromiso de Tanzania con las obligaciones nacionales e internacionales.
Según la asesoría de un grupo de defensores de los derechos humanos de Tanzania, incluidos algunos Miembros del Consorcio TICCA, las amenazas y los intentos de desalojo en Ngorongoro han estado presentes desde 1992 a pesar de las promesas de que los desalojos nunca volverían a ocurrir. Los derechos de las comunidades se violaron en múltiples ocasiones con esta serie de amenazas de desalojo; por ejemplo, durante las estratagemas del estado para tomar por la fuerza las tierras de la aldea en la división Loliondo, las personas y sus animales de ganado fueron asesinados; las casas, incendiadas y las propiedades fueron destruidas.
Reconociendo la acción reciente del Primer Ministro Kassim Majaliwa para tratar de disipar los temores de desalojos, el Consorcio TICCA se une al grupo de defensores de los derechos humanos de Tanzania para instar a las partes interesadas del gobierno (Parlamento, autoridades de la Zona de conservación de Ngorongoro, Comité Parlamentario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, ministros y otros) a abandonar los planes de desalojar a los pastores de Ngorongoro, cumplir sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y trabajar en estrecha colaboración con la comunidad para encontrar una solución duradera. También instamos al gobierno de la República de Tanzania a abordar objetivamente el problema y proteger los derechos de los Maasai a vivir en sus tierras ancestrales con dignidad y a mantener y conservar su territorio – incluida su flora y fauna – a través de los sistemas de pastoreo Indígena.
El Consorcio TICCA ve con preocupación la intimidación de periodistas y la restricción de otras partes interesadas para monitorear la situación en la Zona de conservación de Ngorongoro. El 3 de febrero de 2022 se informó que seis periodistas fueron detenidos temporalmente e interrogados bajo acusaciones de ingresar a la Zona de conservación de Ngorongoro sin permisos. Esto ha causado temor entre quienes desean ofrecer apoyo a la comunidad que enfrenta violaciones de derechos humanos y entre aquellos que defienden la libertad de prensa y el acceso a la información para el pueblo de Tanzania y el mundo.
Nos unimos a la comunidad Maasai, a las personas defensoras de los derechos humanos y a nuestra membresía en Tanzania en sus llamados a la acción, que incluyen:
- Ministerio de Turismo y Recursos Naturales y Autoridades de la Zona de conservación de Ngorongoro: Detengan y abandonen inmediatamente los planes de desalojar a los pastores y quitar las tierras de las aldeas en las divisiones de Ngorongoro y Loliondo en nombre de la conservación.
- Gobierno del Estado y autoridades pertinentes:
- Mantengan y acaten su compromiso y obligación de respetar y proteger los derechos de los Pueblos Indígenas en Ngorongoro. La protección de los derechos de los Pueblos Indígenas que habían sido desalojados de Serengeti era uno de los objetivos de la Zona de conservación cuando se estableció en 1958.
- Permitan que periodistas, personas defensoras de derechos humanos y observadores independientes accedan a la Zona de conservación de Ngorongoro para proporcionar monitoreo e informes objetivos, recopilar diversas experiencias y perspectivas (incluidas las de ancianos, mujeres y jóvenes de la comunidad) y compartir información confiable con los pastores y de parte de ellos, ya que viven en la zona de conservación y alrededor de ella.
- Revisen la ley que estableció la Zona de conservación de Ngorongoro en un proceso inclusivo y participativo con los Maasai afectados y mientras tanto detengan la expansión de las actividades turísticas y la infraestructura (como la construcción de hoteles y el aumento de vehículos motorizados) para evitar más conflictos y desplazamientos.
- Parlamento: Lleven a cabo debates parlamentarios justos sobre la situación en Ngorongoro, infórmense con reportes objetivos de prensa libre y de observadores de derechos humanos, y defiendan los derechos y la dignidad de los Maasai rechazando la deshumanización y criminalización de la comunidad por su mera existencia y sus culturas.
¡ACTÚE YA!: Apoye a la comunidad firmando esta petición en línea de Avaaz y compártala con sus amigos y redes. ¡Agregue su voz a los más de 3 millones de personas que ya la han firmado (en el momento de la publicación) y ayude a cumplir el objetivo de los líderes de Ngorongoro de 3,5 millones de firmas!